Recuerdo un día durante mi infancia cuando mis padres me llegaron o los Pireneos. Tenia 4 años y me gustaba comer. ¡Era goloza y por eso un poco gorda!
Estábamos comiendo en un restaurante cuando una mujer llegó con una cesta de mirtillos. Me levanté de mi mesa para dirigirme hacia su bolso. La mujer está seleccionando las frutas. Empezé a comer los mirtillos hasta el momento en el cual ni siquiera habia un mirtillo en la cesta. Volví a la mesa de mis padres. Tenia mirtillos en toda la cara.
¡Parecia a un pitufo con mi cara azul!
¡Parecia a un pitufo con mi cara azul!
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